

¿Quién es Gorri?
Me gusta escribir con el pensamiento de saber que no tengo ni puta idea de literatura.
También me caracterizo por narrar en prosa o verso la belleza que tiñe a la vida, desde el nacimiento hasta la muerte, me dejo endulzar por ella, aun sabiendo que iré como todos a parar al vertedero en el que doy pie a plasmar eso que luego leen tus ojos, cansados de vivir y de ver la basura social de la que, ¡cómo no!, van impregnados mis textos desde que nacen en mis vísceras hasta que son olvidados por el recuerdo o expulsados por mis sucias manos. Son pura mugre con el olor a los residuos que en la sociedad creamos.
Nadie evoca las tristes letras de un ser que intenta escribir aquello que la destrucción le inspira, ahí me expongo yo.
En el vertedero me forjo. Entre ratas, olor putrefacto, y algún cadáver de un par de sicarios, nació lo que viene siendo un fracasado artista. A veces pienso: «¿es bueno no tener fama, no ser leído o que sean pasados por alto e ignorados mis escritos?».
Me caracterizo por interesarme bien poco, o nada, en la crítica de los versos que escribo, impregnados de la miseria de mi corazón y de los pensamientos terroristas de mi mente y a veces evocando romanticismo y melancolía.
En mi sillón de familia millonaria, junto a una silla de una reina destronada, y con el suelo lleno de las colillas de un par de puros pertenecientes a ricachones amargados y hartos de vivir, me convierto en un vagabundo de letras.
Si algo me gusta es no gustar al público.
No es literatura ni es arte, somos yo y mis creaciones.

«Mi biografía es algo peculiar porque no la escribo yo, ella me escribe a mí»
Gorri